“Uno de cada 10 hombres es gay” es una obra audiovisual que ha generado controversia y debate sobre la representación de la masculinidad y la diversidad sexual en los medios contemporáneos.

En este vídeo producido por una marca de cerveza, vemos una escena aparentemente común: un grupo de hombres disfrutando de actividades típicamente asociadas con la masculinidad, como jugar al fútbol, ​​reír y beber cerveza.
Sin embargo, el tono del anuncio da un giro inesperado cuando un personaje dice casualmente que “uno de cada diez hombres es gay”. Lo que siguió fue una reacción masiva de conmoción e incredulidad, seguida de una serie de intentos desesperados por parte de otros hombres de reafirmar su masculinidad y distanciarse de cualquier asociación.

¿Qué pasa con la homosexualidad?
Esta dinámica plantea preguntas profundas sobre las construcciones sociales de género y sexualidad en nuestra sociedad contemporánea. Por un lado, el anuncio destaca la fragilidad de la masculinidad hegemónica y la forma en que cualquier desviación de las normas establecidas la amenaza. Los hombres en el anuncio reaccionan de manera exagerada y visceral ante la mera sugerencia de que alguien podría ser gay, lo que refleja la misoginia profundamente arraigada y la homofobia internalizada que todavía existe en muchas áreas de la sociedad.

Por otro lado, el anuncio también destaca cuán prevalentes son los estereotipos de género en la cultura popular y cómo estos estereotipos se utilizan para reforzar las normas de género existentes.
La representación de la masculinidad en la publicidad se basa en una serie de rasgos y comportamientos estereotipados, como la masculinidad, la valentía y la competitividad, que se presentan como estándares a seguir.Cualquier desviación de estas normas se considera una amenaza y se rechaza inmediatamente, lo que refuerza la exclusión de quienes no se ajustan a estereotipos masculinos predeterminados.

En última instancia, el anuncio plantea preguntas importantes sobre cómo se construyen y mantienen las normas de género en la sociedad contemporánea, así como el papel de los medios de comunicación en la reproducción de estas normas.
Nos llama a reflexionar sobre la necesidad de desafiar los estereotipos de género y trabajar por una sociedad más inclusiva y equitativa para todos, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.

Desde la perspectiva del etiquetado social y las teorías de la desviación, los hombres en los anuncios adoptan comportamientos hipermasculinos para afirmar sus identidades y evitar ser etiquetados como homosexuales. Se aferran a estereotipos de masculinidad, como la mala educación, la competitividad y el desdén por todo lo que se considere femenino o gay, para demostrar su adhesión a las normas tradicionales de género. Esta reacción exagerada revela la fragilidad de la masculinidad hegemónica y cómo depende de la exclusión y la discriminación para mantener su dominio.

Según la teoría de los roles, los hombres en los anuncios encarnan componentes tradicionales de los roles masculinos en nuestra sociedad, incluida la fuerza física, la agresión y el dominio. Parecen participar en actividades socialmente valoradas asociadas con la masculinidad, como deportes y beber alcohol, mientras niegan cualquier comportamiento o insinuaciones que puedan arrojar dudas sobre su masculinidad.

La rigidez de los roles de género limita la expresión individual y perpetúa la opresión contra quienes no se ajustan a los estereotipos establecidos. La capacidad de revertir los roles y normas de género para lograr una sociedad más equitativa es una lucha constante.
Aunque se han logrado avances significativos con respecto a la igualdad de género y la aceptación de la diversidad sexual, persisten obstáculos importantes. La resistencia al cambio proviene de quienes se benefician del mantenimiento del status quo y de quienes ven cualquier desviación de las normas de género como una amenaza a su poder y privilegios.

Históricamente, la homosexualidad fue considerada una desviación social influenciada por valores religiosos, morales y culturales que promovían la homosexualidad como la única forma legítima de expresión sexual. Este punto de vista homofóbico ha llevado a la discriminación, la violencia y la marginación contra las personas LGBT, perpetuando el ciclo de exclusión y opresión.

En cuanto a la aceptación de la homosexualidad en la sociedad actual, es importante reconocer que ha habido avances significativos en los derechos civiles y la visibilización de las personas homosexuales. Sin embargo, la discriminación y el estigma persisten en muchas áreas, lo que demuestra la necesidad de seguir desafiando las normas de género y trabajar por una sociedad más inclusiva y equitativa para todos, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.

La representación de la masculinidad en los medios y la publicidad juega un papel importante en el mantenimiento de las normas de género y la marginación de las identidades disconformes.
Anuncios como “Uno de cada diez hombres son homosexuales” refuerzan estereotipos dañinos y limitan la expresión de la diversidad humana. Al centrarse en una visión estrecha y polarizada de la masculinidad, contribuyen a la marginación de quienes no encajan en este molde predeterminado.

En definitiva, el análisis sociológico de este anuncio nos invita a pensar en la intersección entre género, sexualidad y poder en nuestra sociedad. Desafía las normas de género arraigadas y nos desafía a imaginar un mundo donde la diversidad y la inclusión se celebren en lugar de suprimirse.